martes, 1 de noviembre de 2016

"Recapitulando nuestro examen de la génesis psíquica de las ideas religiosas, podremos ya formularla como sigue: tales ideas, que nos son presentadas como dogmas, no son precipitadas de la experiencia ni conclusiones del pensamiento: son ilusiones, realizaciones de los deseos más antiguos, intensos y apremiantes de la Humanidad. El secreto de su fuerza está en la fuerza de estos deseos. Sabemos ya que la penosa sensación de impotencia experimentada en la niñez fue lo que despertó la necesidad de protección, la necesidad de una protección amorosa, satisfecha en tal época por el padre, y que el descubrimiento de la persistencia de tal indefensión a través de toda la vida llevó luego al hombre a forjar la existencia de un padre inmortal mucho más poderoso. El gobierno bondadoso de la divina Providencia mitiga el miedo a los peligros de la vida; la institución de un orden moral universal, asegura la victoria final de la Justicia, tan vulnerada dentro de la civilización humana, y la prolongación de la existencia terrenal por una vida futura amplía infinitamente los límites temporales y espaciales en los que han de cumplirse los deseos."

S. Freud, "El porvenir de la ilusión" (1923)

En este texto titulado ''El porvenir de la ilusión'' (1923) de Freud da ha entender como idea principal que las ideas religiosas son ilusiones, pero también nos dice que tenemos una necesidad existencial que en este caso es el padre inmoral ''Dios''. También tenemos miedo a los peligros de la vida, lo que nos da la necesidad del sentido de protección por una impotencia experimentada en la niñez prolongando la existencia.

   "La religión es la desunión del hombre consigo mismo: porque ella considera a Dios como a un ser opuesto a él. Dios no es lo que es el hombre -el hombre no es lo que es Dios-. Dios es el ser infinito, el hombre el ser finito: Dios es perfecto, el hombre imperfecto; Dios es eterno, el hombre temporario; Dios es omnipotente, el hombre impotente; Dios es santo, el hombre pecaminoso. Dios y el hombre son dos extremos: Dios es lo absolutamente positivo, el contenido de todas las realidades: el hombre es sencillamente lo negativo, el concepto de la nada."

   "Dios es tu concepto e inteligencia más alta de tu poder intelectual supremo. Dios es el contenido de todas las realidades, es decir, el contenido de todas las verdades de la inteligencia. Lo que yo conozco como esencial en mi inteligencia, lo supongo como existente en Dios: Dios es aquello que mi inteligencia concibe como esencia suprema."

Ludwig Feuerbach "La esencia del cristianismo" (1841)

En este texto de Ludwig Feuerbach titulado ''La esencia del cristianismo'' (1841) defiende a Dios y lo considera infinito,perfecto... mientras que el hombre es un ser imperfecto, pecaminoso, impaciente... lo cual da a entender que la relación entre el hombre y Dios no puede ser posible, diciendo que hay una desunión del hombre consigo mismo. También da a entender que Dios es nuestro concepto y nuestra inteligencia más suprema, es decir, el contenido de todas las verdades de la inteligencia.